domingo, 4 de marzo de 2012

Este duende es una ruina

Algunos alumnos de 3º A, después de leer Este duende es una ruina, de Elvira Menéndez y Jose María Alvarez, nos han enviado sus textos y dibujos:

Brian:
El duende le cobraba por un favor a Daniel con caramelos. Y como no tenía dinero para comprarlos, el duende se vengó y su equipo de fútbol perdió en el primer partido por 8-0 y en la revancha, gracias a la intervención del duende, ganó por 20-3.

Andrea:
Daniel no quiere dejar nada limpio, entonces se encuentra con un anciano que le da una caja mágica de nácar. Se la lleva y el anciano desaparece. Entonces se va su casa, a su cuarto y dijo: ¡Ojalá! alguien me ordenara la habitación, haría lo que fuera. Un ser diminuto salió de la caja de nácar y dijo: ¿lo que fuera?. Si, dijo Daniel y el duende se la limpió en un santiamén y dijo: me debes un kg de caramelos. Bueno y ese ha sido mi resumen.


Virginia:
Es de un día que a Daniel le regalaron una caja de nácar y dentro había un duende. El duende le limpiaba la casa a cambio de caramelos y un día se cansó y dijo que él limpiaría su casa y su cuarto. También el duende le ayudó a ganar cuando jugaba al fútbol con su equipo.


Ainoa:
Un día un hombre le regaló una caja de nácar donde vivía un duende y Dani le pedía muchos deseos. Entonces hicieron una apuesta: todos los deseos a cambio de caramelos, pero Daniel se cansó.


Athenea:
Daniel dejaba las cosas descolocadas. Un día Daniel se fue al fútbol y se encuentra con una señora y le da una cajita de nácar donde vivía un duende…

Paula:
Daniel siempre deja las cosas desordenadas. Daría cualquier cosa para que me recogieran mi habitación. Cuando un ser diminuto se ofrece a ayudarle la vida de Daniel empezó a ser diferente. Que sus padres le recompensan por todo el esfuerzo. Hasta que un día se harta de Martinico, el duende lila. Y prefiere hacerlo él solo porque Martinico le lava, le ducha, etc Y por todo lo que hacer le tiene que dar muchos caramelos y para no darle tantos caramelos y que le recompensen por una cosa que él no ha hecho, le dice a Martinico que no le ayude más para que su madre no se extrañe de lo que ha hecho él.

Raúl:
Este niño al que un viejo del piso de abajo le dio una caja de nácar y empezaron a pasarle cosas como que Martinico –el duende- le daba una lección, le da varios kilos de caramelos, hasta que…¡aprendió la lección!

Florensia:
Había una vez un niño que se llamaba Daniel, que era muy desordenado. Un día Daniel se fue al fútbol y cuando llegó empezó a llover y nadie estaba allí y entonces se encontró con un señor que estaba debajo de un paraguas y le dio una caja de nácar y de ella salió un duende mágico. Se fue a su casa y salió de la caja Martinico. Dani le dijo que si le ordenaba su habitación le daría un kg de caramelos.


David:
Daniel es un niño que es muy desordenado y desea tener un duende lila que se llama Martinico. Hicieron una promesa, que si le ordenaba todo, le pagaría al duende con caramelos y como después no tenía dinero para comprarlos, el duende se venga haciendo magia y los pantalones y los calzoncillos se le movían y el pijama va a por Daniel para meterlo en la ducha y estaba pidiendo auxilio, ¡auxilio!. No lo escuchaban y se fue a la cama.

César:
El libro se trata de un niño llamado Daniel. Ese niño desorganizaba todo, pero un día se encontró con un señor que era el señor de la lluvia y le da una caja de nácar. Después le llama la capitana de su equipo “los trituradores” que le pidieron la revancha a “los lacitos negros” porque el partido anterior perdieron por 8-0 y la revancha la ganaron por 20-3, gracias al duende.


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