lunes, 28 de mayo de 2012

La sirena en la lata de sardinas


Los alumnos de 3ºA leyeron el libro titulado La sirena en la lata de sardinas, y han escrito resúmenes y opiniones sobre los capítulos que más les han gustado:
Érase una vez un dragón que ponía huevos de oro. Le tiraron a un pozo. Hasta que no me pongas 100 huevos de oro no te saco del pozo. La princesa se convirtió y un príncipe le sacó del pozo y el dragón se convirtió en princesa y la princesa en dragón. Nicolás.


El antivampiro es un humano y vampiro a la vez. Sus padres estaban muy tristes y le echaron de casa. Se embarcó y llegó a un país donde empezó a trabajar en un restaurante vegetariano, pero como se comió todas las espinacas le echaron del restaurante. Como ya tenía bastante dinero abrió uno por su cuenta. Con 30 años tenía ganas de casarse primero con la hija del que le plantaba las espinacas, pero cuando cantaba las lechugas se pudrían y al final se casó con la camarera y tuvieron hijos vampiros y humanos. Claudia.

En la ciudad de Praga, una pareja de vampiros tuvieron un hijo al que pusieron Basilio. Un niño vampírico muy extraño porque ¡¡¡ comía espinacas!!! No mola nada ¡¡¡ noooooooooooooo!!! Pero Basilio mordió a una niña y no la mató. No mató a esa niña, no, tenía un examen de mates y ¡ñaca! la mordió, pero como las espinacas tenían vitaminas, la salvó. Pero no le gustaba al sangre al pobre. Juan.

 
Un día el bufón salió a la playa y se encontró con una bufona. El bufón se enamoró de ella. El bufón se lo dijo y la bufona miró si tenía sombra. No tenía sombra. La bufona le dijo que podía tener sombra si tiraba del estuche que tenía la bufona. Se lo quitó y primero apareció un gato, después un pato y por último una rana. El bufón tiró y apareció primero un conejo, después un cerdo y por último un pulpo. Volvieron a la normalidad y se fundieron sus sombras. Lucero.

Erase una vez un dragón que estaba solo. Le encontró una princesa y le metió en un pozo y le dijo no saldrás hasta que no pongas huevos. Luego volvió el príncipe y le sacó al dragón y metió a la princesa allí. Te dejo que pongas 20 huevos como al dragón ja, ja, ja.... Iván.

Erase una vez un dragón muy grande que ponía huevos de oro y le tiraron a un volcán y los sacaba del volcán fritos y se los comió. Alejandro T.

En una ciudad vivía un vampiro llamado Basilio que comía espinacas. Era un antivampiro. Ayudaba a los vampiros cuando iba al colegio. Comía muchas espinacas. Athenea.

 
La señora Zapatero fue a comprar sardinas y en una lata apareció una sirena. Antes de que viniera el marido, la mujer vistió a la sirena, pero antes de que llegara le quitaron el vestido. Viene el marido, la ve desnuda y la fueron a llevar al lago Constanza. Carlos David.

Un día, dos vampiros tuvieron un hijo rollizo, mofletudo y además, con sangre roja.
Cuando iba al colegio comía todos los días espinacas, incluso ¿para cenar!.
Un día su abuela dijo que deberían llevarle al médico y eso hicieron, pero no tenía solución.
Hasta que cuando creció le echaron de casa, se casó con una chica y tuvieron hijos vampiros con sangre negra, con sangre roja y también humanos. Y un día los tiraron de casa. Sara.

Había una vez una madre con una hija. La madre hizo la compra y compró una lata de sardinas y cuando la madre llegó a casa llevó todo a la cocina. La hija tuvo un poquito de curiosidad porque la lata de sardinas se movía. La madre quería ver que pasaba, entonces la madre abrió la lata de sardinas y pegó un grito porque en la lata de sardinas había una sirena. La hija no se asustó porque dijo: ¡guau! parece una barbie pero viva, entonces la hija cogió la sirena y le quitó la suciedad del aceite. En ese momento volvió su hermano, y ella la disfrazó, y su hermano no la descubría y su madre la escondió en el sótano y cuando vino el padre la vio y descubrió y dijo ¡basta ya! vamos a llevarla al mar. Y así fue y todos fueron felices. Marta.

Era en la ciudad de Praga. Una pareja de vampiros tuvieron un niño al que le encantaban las espinacas. Se llamaba Basilio y no quería sangre. Si le daban sangre la escupía, pero las espinacas eran su desayuno, comida y cena. En el colegio sus amigos estaban tristes viendo a Basilio comer espinacas y se reían de él y de su mal olor. Los vampiros cuando le veían se reían, pero a Basilio no le importaba nada. Cuando se hizo mayor, se casó con una que no era vampiro y tuvieron siete hijos: tres sin dientes y cuatro con ellos. Todos comían sangre negra. Y todos los niños crecieron y eran realmente flacos, pálidos y tristes y a todos les encantaban las espinacas, eran su comida preferida. Se parecían a su padre: flacos, pálidos y tristes, incluso les gustaban las espinacas. Todos eran iguales, pero su madre, como era cocinera y siempre se lo comían todo, pero con las espinacas repetían siempre y les encantaban. Si algún día no comían se aguantaban y Basilio y Rosita siempre iban a visitar su restaurante favorito. Nunca olvidarán el restaurante donde trabajaba Rosita y lo que pasó es que todos trabajaron en el trabajo de su madre y Basilio ya era bisabuelo y estaba muy contento con sus hijos. Lo que pasaba era que los veía desde el cielo y los niños conocieron a sus novias. Una se llamaba María, Josefa, Mari Jose, Lucía, Celia y Saray. Todos llegaron al cielo con sus padres y estaban muy bien. Les encantaba a todos la sangre negra, roja, rosa, amarilla y azul. Paula.

 
Un día la señora Eleonora Zapatero estaba en la cocina. Encontró al abrir la lata a una diminuta sirena. Su hija Juanita la vistió como una barbie. Al llegar su hermano del fútbol se dio cuenta que no era una jovencita sino que era una sirena. La encerraron en la panera. Al llegar su padre llenó la bañera y la metió. Por la noche escucharon a la sirena chapotear. El padre decidió llevarla a Italia. El padre se fue y al volver paró a hacer pis y tiró la sirena al río. Brenda.

Erase un carnicero que se dedicaba a matar cerdas, pero no se atrevió a matar a Rosita y ella le pidió que no la matara. El hombre dijo, vale. Entonces se decidió a cambiar de oficio. Se hizo pintor y solo pintaba a Rosita. Virginia.



Había una vez una anciana que cogía cosas del mar. Un día vio a un apersona y la cogió. Entonces se dijo como se llamaba y se llamaba el Holandés Errante. Pasaron varios años y la abuela estaba en un hospital y varias horas después apareció el Holandés Errante con su barco y se llevó a la abuela con él. Daniel.
 
A mi, me encantó el libro, estaba muy bien. El capítulo que más me gustó fue el del carnicero y la cerda, pues os contaré de que va.
Había una vez una cerda que no quería morir, pero como era su trabajo, aunque le diera mucha pena tenía que hacerlo y la cerda le decía por favor no me mates. Un día el carnicero dijo: ya no puedo, me dedicaré a ser pintor. Pintaba muchos cuadros, pero claro, todos de la cerda y asi. Fin. Raúl.

Había una vez un niño que no se parecía a ningún vampiro, ni le gustaba la sangre, solo las espinacas ¡la comida más horrorosa para un vampiro! Como tenía tantas vitaminas engordó y los vampiros se burlaban de él. Era bueno en Lengua, en Mates y sacaba insuficientes en gimnasia e historia. Sus padres no soportaban el olor de las espinacas y le dieron un poco de dinero para que se fuera de casa a otro lugar. El vampiro se quedó solo y triste. Ah si, se llamaba Basilio. Basilio se fue a otro país y encontró un restaurante vegetariano y allí conoció la zanahoria y la lechuga y le encantó. Las chicas se enamoraban de Basilio y le pedían salir, pero él las rechazaba. El lo que quería en su tiempo libre era comerse tranquilamente. Como se quedaron sin espinacas le despidieron. Entonces decidió casarse. Primero se comprometió con la hija del que cultivaba las espinacas y empezó a cantar. Su canta era tan..., bueno no se como decirlo, pero se arrugaban las lechugas y todos protestaban. Entonces se casó con Rosita que inventó 17 platos diferentes de espinacas. Andrea.

 

En la ciudad de Praga dos vampiros tuvieron un bebé. Era muy distinto a sus padres, pensaron que las rarezas desaparecerían con el tiempo. Y no quería sangre, solo quería espinacas, mucha espinacas. Le pusieron el nombre de Basilio. Cuando empezó a ir al colegio sus amigos empezaron ya a no jugar con él. No le importaba mucho. Cuando sus padres estuvieron hartos de que Basilio no comiera sangre, le echaron de casa. Con el dinero que le habían dado sus padres se compró un restaurante: la cocinita de Basilio. Cuando cumplió los 30 años intentó ya casarse. A los dos días ya estaba un poco desesperado. Encontró una por casualidad y tuvieron siete hijos: tres humanos y cuatro vampiritos. Gabriel.

El carnicero y la cerda es un cuento fantástico. Se trata de un carnicero que decide perdonar a una cerda y se hacer pintor y dibuja a la cerda comiendo, bebiendo y de todas las maneras del mundo hasta que la cerda se muere y el pintor también. Es un cuento muy bonito porque expresa que los que matan animales también tienen corazón, sentimientos. Naomi.

Había una vez un carnicero que tenía en su matadero una cerda. La cerda se arrodilló y le dijo que no la matara y el carnicero le dijo que no era un dios para decirle eso y la cerda le dijo que podía adorar a quien ella quisiera y dijo bien y el carnicero puso a la cerda en el matadero y sucedió algo que el carnicero se cambió de oficio a pintor y se dedicó el resto de su vida a hacer cuadros de la cerda. Florensia.

El Dragón de las Vocales


El dragón de las vocales.
Los alumnos de 3ºA han escrito estas pequeñas historias, basadas en la ilustración que hicieron para el Día del Libro, titulada, el Dragón de las Vocales:

Érase una vez un dragón llamado Quiko. Un día salió muy temprano y se perdió en el bosque. Se estaba haciendo de noche y se quedó dormido. Al día siguiente se despertó en un lugar remoto. ¡Era impresionante! Había árboles con forma de i y las manzanas eran la o. Las vocales le pidieron que luchara contra las consonantes que su jefa era la A. El dragón aceptó y se dio cuenta de que si disparaba a la letra A, ganaría. Al día siguiente comenzó la guerra y Quiko disparó a la letra A. Las otras vocales ganaron la guerra y el dragón fue nombrado príncipe de la vocales. Claudia.

Había una vez un dragón con un pelaje diferente al de los demás dragones. Su pelaje estaba compuesto por vocales. Se fue al colegio su primer día y como era diferente a los demás, todos se burlaban de él y sus hermanos también. Entonces se fue de casa muy triste y se adentró en un bosque. Conoció a muchos amigos como una ardilla, un conejo, un pájaro y un zorrito. Luego se fue a otro sitio y se encontró con dragones de su especie. ¡Era su familia!. Y desde ese momento se quedó a vivir con ellos. Andrea

Érase una vez un dragón que vivía con su familia. Un día sus padres le llevaron a un bosque. El dragón se perdió y se encontró con unos chicos y se fue con ellos. El dragón se quedó asombrado porque los edificios tenían forma de A, E, I , O y U y le llamaron el dragón de las vocales porque le pegaron pegatinas de todas las vocales . Unos años después, con 58 años, volvió con su familia y volvieron a ser felices. Iván

 
En una ciudad llamada Dragonesia, porque antes había estado habitada por dragones, llegaron los humanos y les echaron y cambiaron el nombre por España. Ahí vivían felices los humanos, pero un día un bebé dragón de pocos meses preguntó a su madre que donde vivían antes. A la madre le entraron dudas y entonces se fue al castillo del dragón rey y se lo preguntó. El rey se quedó pensativo y dijo que antes vivíamos en una gran ciudad, pero nos echaron los humanos, fue una gran derrota. La madre se quedó muy confusa y dijo y si volvemos a conquistar la ciudad. No, los dragones desde la última lucha que hubo heridos e incluso muertos. Entonces tuvo la madre, llamada Rosa, una gran idea y dijo: y si les atacamos donde más les duele. Les quitamos las vocales y asi con consonantes solo no pueden hablar. Buena idea dijo el rey. Avisa al poblado y nos ponemos en marcha. Les ganaron, claro. Y vivieron felices. Naomi.

Erase una vez un dragón que se llamaba Dragoncito que vivía en el planeta A203. Un día se fue de casa, a la sierra. Las vocales de la Tierra habían desaparecido. Dragoncito se dispuso a ayudar. Las encontró, pero no querían ir con él. No sabía que hacer, pero son sus llamaradas atrapó a todas las vocales. Fue a una biblioteca, cogió un libro y las echó dentro de él. Y así fue como le nombraron el dragón de las vocales. Gabriel.

Érase una vez un dragón que iba paseando por la ciudad cuando le capturaron. Era muy pequeño y se escapó cuando tuvo 5 años. No encontraba a sus padres. Recuperó el fuego de letras de fuego rodeado de letras, sus patas eran de fuego y era el mejor amigo de la ciudad. Le nombraron rey, rodeado de humanos y con sus letras escribía libros de muchos sitiso, poemas y descriopciones del mundo. Athenea.

Este dragón de las vocales se llama así porque está hecho y dibujado con vocales, vive en una casa de vocales y su país es el de las vocales también, era muy maravilloso, a veces le chamuscaban el culín a las vocales y él se reía muchísimo, hasta que un día las vocales se enfadaron y se pusieron en guerra, cogieron al dragón, le ataron y por casi le matan. Menos mal que las vocales dijeron que no lo hicieran, que si no...David

  

Érase una vez un dragón de vocales que se llamaba Incendio puesto que cuando escupía vocales con fuego hacía incendios con esas cinco letras. Venía del planeta 4.812710 y se había cansado de vivir allí. Nicolás.

Érase una vez un dragón llamado Vocales porque solo sabía pronunciar a,e, i, o, u. Y en vez de tirar vocales tiraba consonantes. Estaba lleno de ellas pero los demás dragones se reían de él porque los demás dragones se ponían a jugar no con él, sino que tiraban vocales. Un día cogió todos los libros de la biblioteca y entonces...¡pan! empezó a tirar vocales, no paraba y todas querían jugar con él, pero no le nombraron rey, sino que trabajó de escritor y se apasionaba mucho cuando escribía usando la vocales. Raúl.

Érase una vez un dragón que vivía hace mucho tiempo y un día el padre del dragón sin nombre le enseñó a echa fuego, pero a él no le salía. Después de tantos días practicando, el dragón aprendió a echar fuego. Pero el fuego de ese dragón era diferente, porque echaba fuego y vocales a la vez. Cuando los dragones le veían echar fuego y vocales a la vez, se quedaron con la boca abierta. Entonces todos querían aprender a hacer lo mismo y le llamaron el Dragón de las Vocales. Sara.

Érase una vez un dragón de la vocales que por leer tanto se volvió vocal. En el 1900 le nombraron rey. Un día salvó a la gente del pueblo y le nombraron el dragón de las vocales. Brian.

Érase una vez un dragón que vivía en un autobús, donde sus primos eran vocales. Pero un día por su cumpleaños, día 2 del 2, le regalaron juguetes, caramelos y a la noche siguiente, por los caramelos se sentía raro y mal y pasado un mes a las 2 de la mañana empezó a escupir vocales y fuego. Juan.

Había una vez en la China 5 habitantes que se llamaban a, e, i, o, u. Vino un malvado hombre que se llamaba Abecedario y todas huyeron. Un superhéroe llamado Superdragón le dio una paliza a Abecedario, que se hizo caquita en los pantalones. Daniel.

 
Érase una vez un dragón que leía muchos cuentos y de leer tantos cuentos se volvió vocal y en vez de escupir fuego escupía vocales. Era sorprendente. Un día se fue de su ciudad 4.2 y dejó su familia, sus amigos. Se fue un poco triste, pero luego se puso muy contento de que escupiese vocales y la gente que le rodeaba también. Así podrían escribir lo que quisieran. Virginia.

Había una vez un hombre y una mujer que tenían cinco niños que se llamaban a, e, i, o, u. Vino un dragón que les salvó de la guerra mundial y siguió salvando a los ciudadanos del pueblo D12003 y se hizo amigo de ese pueblo y se fue a su planeta Venus y siguieron escribiendo los del pueblo D12003 y le hicieron el dragón de las vocales y rey, además. Alejandro.

El dragón de las vocales nació en el país de las vocales con las casas en forma de A, E, I, O, U. Echaba fuego con vocales. Le gustaba leer y contar historias a sus amigos. Un día fue el rey de los libros y le contó que a los libros se les acababan las vocales. Entonces fue él y se las pegó a los libros y todo fue bien. Carlos David.

Érase una vez un dragón que comía galletas hasta que se equivocó y cogió el tarro de las vocales y se comió una y una puerta le llevó hasta un mundo mágico que se llamaba el mundo de las vocales y se convirtió en el rey de ese mundo. Era especialmente su rey y le llamaron Vocales. Todos vitoreaban al rey Vocales y todas se quedaron muy contentas. Paula.

Había una vez un dragón de las vocales que vivía en un bosque donde además había hadas, dragones, ogros, lobos y más cosas. Un día el dragón se fue a jugar y se perdió por el bosque. Encontró una ciudad pequeña con vocales que bailaban. Entonces le vieron y le dijeron que les diera fuego. Entonces el dragón hizo lo que le dijeron y en vez de escupir fuego escupió fuego con vocales y ellas le hicieron el rey de las vocales. Florensia.

Había una vez un dragón que nació en nunca jamás. El dragón era muy valiente y le interesaba lo tenebroso. Un día el dragón se adentró en un bosque de letras que era el reino perdido. Le hicieron rey de las vocales y tiene el honor de ser el dragón de las vocales. Lucero.