Unos niños iban andando por la calle y llegaron a un pueblo muy lejano, muy lejos de su ciudad y encontraron una casa. Llamaron a la puerta y salió una abuela muy generosa que les invitó a entrar. Les dio agua, galletas, macarrones y un helado de fresa y chocolate.
Los niños quedaron tan encantados con ella que la iban a visitar cuando su madre les decía que fueran a comprar galletas, chocolate, macarrones o un helado de fresa y chocolate. No les importaba hacer el gran viaje, porque la abuela era muy generosa. Los niños querían que hubiera sido su abuela de verdad.
Paula. 3ºA
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